Aikèn - Cultura Argentina
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Instrumentos musicales

La música folklórica de Argentina tiene una extensa historia que encuentra sus raíces en las culturas indígenas originarias. Los tradicionales carnavalitos, huaynos, zambas y bagualas del noroeste transmiten sonidos autóctonos de distintos instrumentos que Aikèn ofrece.

El bombo es un instrumento muy difundido en la región del noreste y en el centro del país que se utiliza para acompañar canciones, danzas y procesiones. Es un instrumento con una so-noridad capaz de oírse a varias leguas, de allí el nombre de “bombo legüero”.

El charango, que en lengua quechua significa “alegre” o “hablador”, es un instrumento de cuerda que posee una caja construida por un caparazón de armadillo o de madera laminada, y un mango desde donde parten cinco pares de cuerdas que originalmente eran de tripa, pero hoy son metálicas o de nylon. A pesar de su reducido tamaño, el charango tiene un sonido muy especial que imprime gran fuerza musical, tanto en el norte de nuestro país como en las regiones andinas de América del Sur.

Forman parte de los instrumentos musicales de Aikèn las anatas: flautas de pico construidas con madera blanda, de distintos tamaños y registros, provenientes de Perú, Bolivia y el norte de Argentina. Similar a la anata, el pinkullo o “tarka” es una flauta hecha de caña, con seis perfo-raciones equidistantes, de sonido dulce y agra-dable que suele oírse en niños y adolescentes del noroeste argentino.

En la misma familia se encuentran los sikus, construidos por una o dos hileras de cañas, ordenadas de mayor a menor y atadas en forma de balsa. Originariamente cumplían funciones tales como adorar a los dioses nativos (la Pacha Mama o el Sol). Hoy aparecen por lo general integrando bandas, junto con bombos y demás instrumentos rítmicos en procesiones.

Por último, Aikèn también cuenta con ocarinas realizadas en cerámica y con motivos pintados artesanalmente. El origen de este pequeño instrumento de viento se remonta a la América Prehispánica, cuando quechuas y aimaras co-menzaron a fabricarlas en Perú, Bolivia, Venezuela y en el norte de Chile y de Argentina.