¿Sabías qué?

• Es una fibra considerada de excelente calidad.
• Es sedosa y suave al tacto, por lo que no produce sensación de picazón en la piel ni alergia.
• Es resistente y elástica, lo que permite que se acomode al cuerpo.
• Es liviana y ligera, ofreciendo un confort inigualable.
• Su fibra es térmica, lo que significa que puede ser utilizada en diferentes climas y mantiene la temperatura corporal.
• Absorbe la humedad, logrando que la prenda se mantenga intacta, con la misma forma y calidad.
• Posee una amplia gama de colores naturales, del blanco brillante al negro pasando por una amplia paleta de grises.

• Utilizar un jabón suave y neutro.
• Lavar con agua fría a mano o limpiar en seco.
• Utilizar plancha tibia.
• No escurrir.

El “arte de cebar mate” tiene múltiples variantes que hacen que esta bebida sea ideal para compartir un momento agradable con alguien a quien uno aprecia.

En los tiempos del gaucho, las costumbres de entonces hacían que las relaciones entre los hombres y las mujeres fueran algo complicadas. Es por esta razón que el interés de la mujer hacia su pretendiente no tenía otro canal de expresión más directo que la insinuación a través de los mates compartidos, a los que la mano femenina les podía dar un toque distinto, agregándole distintos ingredientes o cebándolo de diversas maneras.

Tradicionalmente, a cada modo de cebar se le ha adjudicado diversos significados:

• Mate amargo: significa indiferencia.
• Mate dulce (y espumoso): significa amistad, cariño.
• Mate muy dulce (cebado por una mujer a un hombre): es muestra de amor y de interés en llegar al casamiento.
• Mate muy dulce y caliente (cebado por una mujer a un hombre): es muestra de amor ardiente y pasión.
• Mate lavado: significa desprecio.
• Mate con canela: implica una señal de interés por el otro (“pienso en vos”).
• Mate con cáscara de naranja: significa “te espero”.
• Mate largo: indica desinterés o despreocupación por la persona a quien se le ceba.

Una de las primeras tareas a realizar una vez que uno suma un mate nuevo a su hogar consiste en curarlo. Sin dudas, un mate bien curado es fundamental para disfrutar de la infusión.

En primer lugar, se lo debe llenar con yerba, mojándola completamente. Luego debe dejarse en reposo durante dos días, siempre manteniendo la yerba húmeda.

Al cabo de los dos días, se limpia el mate raspando bien su interior con una cuchara, eliminando la madera blanda.

Lo ideal es repetir toda esta operación al menos tres veces, teniendo siempre cuidado que durante el procedimiento la yerba no fermente, ya que podría dejarle mal sabor al mate. 

Una de las primeras tareas a realizar una vez que uno suma un mate nuevo a su hogar consiste en curarlo. Sin dudas, un mate bien curado es fundamental para disfrutar de la infusión.

En primer lugar, se lo debe llenar con yerba, mojándola completamente. Luego debe dejarse en reposo durante dos días, siempre manteniendo la yerba húmeda.

Al cabo de los dos días, se limpia el mate raspando bien su interior con una cuchara, eliminando la madera blanda.

Lo ideal es repetir toda esta operación al menos tres veces, teniendo siempre cuidado que durante el procedimiento la yerba no fermente, ya que podría dejarle mal sabor al mate.  

Uno de los factores más importantes a considerar en la preparación del mate es la calidad del agua que se utiliza y su temperatura, ya que esto incidirá tanto en el aroma como en el sabor de la infusión.

Lo más recomendable es usar agua fresca de la canilla, filtrándola en el caso de que tenga mucho contenido de cloro. El agua mineral no es aconsejable ya que los componentes utilizados para la mineralización pueden afectar el sabor del mate.

Respecto a la temperatura, lo aconsejable es utilizar agua entre los 70 y 80°C, nunca en estado de hervor, ya que la temperatura muy elevada puede destruir aromas y sabores de la yerba.

La cata de yerba consiste en cuatro pasos que involucran a los sentidos de la vista, tacto, olfato y gusto.

1. El primer paso consiste en colocar la yerba sobre un fondo blanco y observar su color, su pureza, las características de las hojas, el polvo, los palos que tiene... En esta observación debemos encontrar un color verde claro con tonalidades amarillentas. Los palos deben estar lo más enteros posible y las hojas deben tener un aspecto limpio y parejo tanto en su color como en su forma. Hay que tener en cuenta que las tonalidades de yerba muy brillantes o muy apagadas no son signo de calidad.
2. En el segundo paso interviene el olfato, colocando la yerba seca en nuestras manos. Los olores típicos son a hierba seca, con aromas frescos y leves notas a tostado. Si el olor es a pasado o rancio, es porque la yerba no fue bien secada. En esta instancia, si queremos descubrir aún más aromas, debemos oler la yerba una vez que fue colocada en el mate, ya que es allí en donde se da una mayor apertura de aromas.
3. En el tercer paso interviene el tacto. La yerba debería desprenderse fácilmente de la mano.
4. El cuarto y último paso es el gustativo. Todas aquellas características que sentimos en la etapa olfativa debemos sentirlas ahora en nuestra boca.

El disfrute del mate, sin embargo, se completa en cada uno de nosotros, con nuestra modalidad de cebar y con los añadidos que más nos gusta utilizar y compartir con los demás.

La bombilla debe cuidarse tanto como el recipiente. Cuando uno termina de tomar mate, no debe dejar la bombilla en el interior del mismo, sino que tiene que sacarla y lavarla para que no queden impurezas evitar que se tape.

Para un lavado correcto, debe desmontarse el coco de la bombilla para limpiar cada parte por separado con agua de la canilla. En los casos en los que el coco no pueda desmontarse, se recomienda hervir la bombilla en agua para limpiarla y evitar el efecto de “tapado”.

Por otro lado, los fabricantes de bombillas recomiendan también que las mismas no deben cumplir la función de “cucharita”, porque pueden correr el riesgo de romperse.

Tener un buen cuidado de los cuchillos asegura que éstos tengan una larga duración sin perder sus cualidades originales.

El principal mantenimiento del cuchillo está en su limpieza. En primer lugar, sea cual fuere el tipo de acero con el que esté hecho, hay que evitar que se acumule suciedad entre el mango y la hoja. Por esta razón, cada vez que se emplee el cuchillo se aconseja limpiar con un trapo limpio de algodón la superficie del filo; de esta forma no sólo se limpia la superficie, sino que demás se evita la oxidación y la mezcla de olores y sabores.

Respecto al lavado, la tradición dice que el acero no debe lavarse. Los gauchos limpiaban sus cuchillos con una miga de pan remojada en grasa, o enterrándolos directamente en la tierra.

Hoy día, en el caso de los cuchillos realizados con acero de Carbono 420, el lavado debe realizarse tomando ciertas precauciones debido a que es un material oxidable y puede oscurecerse con el tiempo. Se recomienda:

1. Mantener el cuchillo siempre bien afilado, ya que si no lo está, pueden resbalarse. Por el contrario, cuando su filo están muy bien tratados, la precisión del corte mejora. A la vez, esto permite que el cansancio en las manos y muñecas de quien corta disminuya, debido a que un cuchillo bien afilado reduce la fuerza que se debe imprimir al cortar y sostenerlo, además del tiempo de corte.
2. Lavarlo bien y fundamentalmente tomarse tiempo en el secado, que puede realizarse, por ejemplo, sobre la hornalla de la cocina. No debe quedar nada de humedad, o de lo contrario se oxidará.
3. Guardar el cuchillo envuelto en papel o film fuera de su vaina. Ésta debe utilizarse sólo para transportarlo dado que puede tener humedad, y al pasar mucho tiempo en contacto con el metal lo terminará dañando.
4. Si la hoja del cuchillo oscurece con el paso del tiempo, se puede lograr que vuelva a su brillo original utilizando una lija al agua de gran fino y lijándolo de arriba hacia debajo de la hoja, ya que si lo hace a lo largo lo rayará.

• Cada 15 días pase, sin frotar, un paño húmedo con agua no calcárea (sin sales ni minerales). Esta operación permite eliminar el polvo.
• Cada 6 meses, lleve a cabo una limpieza profunda del cuero. Para ello utilice un champú para el cuero, seguido de una crema especial que permita hidratarlo y protegerlo.

• En el caso que se produzca una mancha, cúbrela inmediatamente con un papel absorbente, sin frotar, procediendo siempre desde el exterior hacia el centro para evitar que la mancha se extienda.
• Existen métodos tradicionales muy efectivos, como por ejemplo: limpiar con un algodón embebido en alcohol de quemar; frotar con una cáscara de naranja o con un paño humedecido en cerveza; o limpiar frotando un paño humedecido en clara de huevo batida en punto de nieve (para los cueros claros)

• Espolvorear talco sobre un paño de franela y limpiar el cuero. Mezclar esencia de trementina y cera de abeja (en las proporciones dos tercios/un tercio) y aplicar esta mezcla con un paño no absorbente dejando que penetre en el cuero. Dejar secar y sacar brillo con un paño.
• Frotar el cuero suavemente con un paño húmedo embebido en agua mezclada con vinagre blanco. Una vez seco, impregnar el cuero con aceite de lanolina con ayuda de un algodón. Esperar 24 horas. Sacar brillo con un paño.

• Mezclar 1 tapita de shampoo de bebé diluido en un vaso de agua.
• Con esta preparación se debe limpiar por secciones cortas de aproximadamente 10 centímetros y luego se debe, con un trapo húmedo, retirar la preparación.
• Es importante que, a medida que se limpia, se cambie la parte usada del trapo y se use una nueva.

• Mezclar 1 tapita de shampoo de bebé diluido en un vaso de agua.
• Pasar la preparación con ayuda de un trapo limpio y emplear un cepillo de dientes de cerdas suaves para las áreas muy sucias. 
• Secar con un trapo húmero en agua tibia.

• Evite exponer los artículos de cuero a la lluvia. En el caso de que el cuero se haya mojado, séquelo en un ambiente natural, y no al calor directo.
• Nunca ponga perfume en una prenda de vestir hecha a base de cuero, ya que se arriesgará a que el mismo se agriete.
• Para que los cierres no se atasquen, cada tanto pasar sobre los dientes un poco de cera de abeja. De esta forma correrán mucho mejor.
• No se debe cargar mucho el bolso o cartera de cuero, ya que las tiras se estirarán demasiado y pueden deformarse.

Si por el paso del tiempo ha desaparecido el característico brillo de que tienen los objetos de peltre o zamac, es muy sencillo que vuelvan a lucir impecables.

Para lograr recuperar su brillo, basta con limpiarlos con agua y jabón.

Existen también antiguas fórmulas, como utilizar hojas de col o puerros, las cuales deben frotarse al adorno u objeto de peltre. El brillo no tardará en aparecer. Muchas personas suelen colocar un poco de cenizas dentro de las hojas, las doblan en forma de pañuelo y lo frotan hasta que el peltre esté nuevamente limpio y brillante.

Las piezas de plata tienden a oxidarse cuando se exponen al aire.

Lo recomendable es limpiarlas con un paño especial para la plata. No es conveniente utilizar productos químicos, se debe tener mucho cuidado con las colonias, acetonas y lacas.

También se pueden lavar con agua tibia y jabón suave, secando las piezas con un paño.

Hay que tener cuidado en el momento de mezclar los artículos de plata, ya que al hacerlo pueden rozarse y perder su brillo natural. Lo conveniente es guardar cada pieza por separado, envuelta en una tela.